* Barack Obama, y el discurso de entrega del Premio Nobel de la Paz.

¿ NOBEL DE LA PAZ ? CUÁNTA HIPOCRESÍA

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* ¿Un discurso de paz? o ¿De advertencia?

Discurso del presidente Barack Obama en la ceremonia de entrega del Nobel de la Paz

jueves, 10 de diciembre, 21.46

EFE

DISCURSO DEL PRESIDENTE BARACK OBAMA EN LA CEREMONIA DE ENTREGA DEL NOBEL DE LA PAZ Seguir leyendo el arículo

Sus Majestades, Sus Altezas Reales, distinguidos miembros del Comité Nóbel de Noruega, ciudadanos de Estados Unidos y ciudadanos del mundo:

Recibo este honor con profunda gratitud y gran humildad. Es un premio que habla sobre nuestras mayores aspiraciones: que a pesar de toda la crueldad y las adversidades de nuestro mundo, no somos simples prisioneros del destino. Nuestros actos tienen importancia y pueden cambiar el rumbo de la historia y llevarla por el camino de la justicia.

Sin embargo, sería una negligencia no reconocer la considerable controversia que su generosa decisión ha generado. (Risas.) En parte, esto se debe a que estoy al inicio y no al final de mis labores en la escena mundial. En comparación con algunos de los gigantes de la historia que han recibido este premio -Schweitzer y King; Marshall y Mandela- mis logros son pequeños. Y luego hay hombres y mujeres alrededor del mundo que han sido encarcelados y golpeados en su búsqueda de la justicia; gente que trabaja en organizaciones humanitarias para aliviar el sufrimiento; millones en el anonimato cuyos silenciosos actos de valentía y compasión inspiran incluso a los cínicos más empedernidos. No puedo contradecir a quienes piensan que estos hombres y mujeres -algunos conocidos, otros desconocidos para todos excepto para quienes reciben su ayuda- merecen este honor muchísimo más que yo.

Pero quizá el asunto más controversial en torno a mi aceptación de este premio es el hecho de que soy Comandante en Jefe de un ejército de un país en medio de dos guerras. Una de esas guerras está llegando a su fin. La otra es un conflicto que Estados Unidos no buscó; uno en que se nos suman otros cuarenta y dos otros países -incluida Noruega- en un esfuerzo por defendernos y defender a todas las naciones de ataques futuros.

De todos modos, estamos en guerra, y soy responsable por desplegar a miles de jóvenes a pelear en un país distante. Algunos matarán. A otros los matarán. Por lo tanto, vengo aquí con un agudo sentido del costo del conflicto armado, lleno de difíciles interrogantes sobre la relación entre la guerra y la paz, y nuestro esfuerzo por reemplazar una por la otra.

Bueno, estas interrogantes no son nuevas. La guerra, de una forma u otra, surgió con el primer hombre. En los albores de la historia, no se cuestionaba su moralidad; simplemente era un hecho, como la sequía o la enfermedad, la manera en que las tribus y luego las civilizaciones buscaban el poder y resolvían sus discrepancias.

Y con el tiempo, a medida que los códigos legales procuraban controlar la violencia dentro de los grupos, los filósofos, clérigos y estadistas también procuraban controlar el poder destructivo de la guerra. Surgió el concepto de «guerra justa», que proponía que la guerra solamente se justifica cuando cumple con ciertas condiciones previas: si se libra como último recurso o en defensa propia; si la fuerza utilizada es proporcional y, en la medida posible, si no se somete a civiles a la violencia.

Por supuesto, sabemos que durante gran parte de la historia, se ha cumplido pocas veces con este concepto de guerra justa. La capacidad de los seres humanos de idear nuevas maneras de matarse unos a los otros resultó ser inagotable, como también nuestra capacidad para tratar sin ninguna piedad a quienes no lucen como nosotros o le rinden culto a un Dios diferente. Las guerras entre ejércitos dieron lugar a guerras entre naciones: guerras totales en que la distinción entre combatiente y civil se volvía borrosa. En el transcurso de treinta años, este continente se sumió dos veces en matanzas de ese tipo. Y aunque es difícil pensar en una causa más justa que la derrota del Tercer Reich y las potencias del Eje, la Segunda Guerra Mundial fue un conflicto en el que el número total de civiles que murieron superó al de soldados que perecieron.

Como consecuencia de esa destrucción y con la llegada de la era nuclear, quedó claro para vencedores y vencidos, por igual, que el mundo necesitaba instituciones para evitar otra guerra mundial. Y, entonces, un cuarto de siglo después de que el Senado de Estados Unidos rechazara la Liga de Naciones, una idea por la cual Woodrow Wilson recibió este premio, Estados Unidos lideró al mundo en el desarrollo de una estructura para mantener la paz: un Plan Marshall y Naciones Unidas, mecanismos para regir la manera en la que se libran guerras, los tratados para proteger los derechos humanos, evitar el genocidio y restringir las armas más peligrosas.

De muchas maneras, estos esfuerzos fueron exitosos. Sí, se han librado guerras terribles y se han cometido atrocidades. Pero no ha habido una Tercera Guerra Mundial. La Guerra Fría concluyó con una muchedumbre jubilosa que derrumbó un muro. El comercio tejió lazos entre gran parte del mundo. Miles de millones han salido de la pobreza. Los ideales de libertad, autonomía, igualdad y el imperio de la ley han avanzado a tropezones. Somos los herederos de la fortaleza y previsión de generaciones pasadas, y es un legado por el cual mi propio país legítimamente siente orgullo.

Pero aún asi, transcurrida una década del nuevo siglo, esta antigua estructura está cediendo ante el peso de nuevas amenazas. El mundo quizá ya no se estremezca ante la posibilidad de guerra entre dos superpotencias nucleares, pero la proliferación puede aumentar el peligro de catástrofes. El terrorismo no es una táctica nueva, pero la tecnología moderna permite que unos cuantos hombres insignificantes con enorme ira asesinen a inocentes a una escala horrorosa.

Es más, las guerras entre naciones con mayor frecuencia han sido reemplazadas por guerras dentro de naciones. El resurgimiento de conflictos étnicos o sectarios; el aumento de movimientos secesionistas, las insurgencias y los estados fallidos – todas estas cosas progresivamente han atrapado a civiles en un caos interminable. En las guerras de hoy, mueren muchos más civiles que soldados; se siembran las semillas de conflictos futuros, las economías se destruyen; las sociedades civiles se parten en pedazos, se acumulan refugiados y los niños quedan marcados de por vida.

No traigo hoy una solución definitiva a los problemas de la guerra. Lo que sí sé es que hacerles frente a estos desafíos requerirá la misma visión, arduo esfuerzo y perseverancia de aquellos hombres y mujeres que actuaron tan audazmente hace varias décadas. Y requerirá que repensemos la noción de guerra justa y los imperativos de una paz justa.

Debemos comenzar por reconocer el difícil hecho de que no erradicaremos el conflicto violento en nuestra época. Habrá ocasiones en las que las naciones, actuando individual o conjuntamente, concluirán que el uso de la fuerza no sólo es necesario sino también justificado moralmente.

Hago esta afirmación consciente de lo que Martin Luther King dijo en esta misma ceremonia hace años: «La violencia nunca produce paz permanente. No resuelve los problemas sociales: simplemente crea problemas nuevos y más complicados». Como alguien que está parado aquí como consecuencia directa de la labor a la que el Dr. King le dedicó la vida, soy prueba viviente de la fuerza moral de la no violencia. Sé que no hay nada débil, nada pasivo, nada ingenuo en las convicciones y vida de Gandhi y King.

Pero en mi calidad de jefe de Estado que juró proteger y defender a mi país, no me puede guiar solamente su ejemplo. Enfrento al mundo como lo es, y no puedo cruzarme de brazos ante amenazas contra estadounidenses. Que no quede la menor duda: la maldad sí existe en el mundo. Un movimiento no violento no podría haber detenido los ejércitos de Hitler. La negociación no puede convencer a los líderes de Al Qaida a deponer las armas. Decir que la fuerza es a veces necesaria no es un llamado al cinismo; es reconocer la historia, las imperfecciones del hombre y los límites de la razón.

Menciono este punto, comienzo con este punto porque en muchos países hoy en día hay un profundo cuestionamiento del accionar militar, independientemente de la causa. Y a veces, a esto se suma una suspicacia automática por tratarse de Estados Unidos, la única superpotencia militar del mundo.

Sin embargo el mundo debe recordar que no fueron simplemente las instituciones internacionales -no sólo los tratados y las declaraciones- los que le dieron estabilidad al mundo después de la Segunda Guerra Mundial. Independientemente de los errores que hayamos cometido, hay un hecho clarísimo: Estados Unidos de Norteamérica ha ayudado a garantizar la seguridad mundial durante más de seis décadas con la sangre de nuestros ciudadanos y el poderío de nuestras armas. El servicio y sacrificio de nuestros hombres y mujeres de uniforme han promovido la paz y prosperidad desde Alemania hasta Corea, y permitido que la democracia eche raíces en lugares como los países balcánicos. Hemos sobrellevado esta carga no porque queremos imponer nuestra voluntad. Lo hemos hecho por un interés propio y bien informado: porque queremos un futuro mejor para nuestros hijos y nietos, y creemos que su vida será mejor si los hijos y nietos de otras personas pueden vivir en libertad y prosperidad.

Entonces, sí, los instrumentos de la guerra tienen un papel en mantener la paz. Sin embargo, este hecho debe coexistir con otro: que independientemente de cuán justificada, la guerra conlleva tragedia humana. La valentía y el sacrificio del soldado están llenos de gloria, expresan devoción por la patria, la causa y los compañeros de armas. Pero la propia guerra nunca es gloriosa, y nunca debemos exaltarla como si lo fuera.

Entonces, parte de nuestro desafío es reconciliar estos dos hechos aparentemente irreconciliables: que la guerra a veces es necesaria y que la guerra es, de cierta manera, una expresión de desatino humano. Concretamente, debemos dirigir nuestros esfuerzos a la tarea que el Presidente Kennedy propuso hace tiempo. «Concentrémonos», dijo, «en una paz más práctica, más alcanzable, basada no en una revolución repentina de la naturaleza humana, sino una evolución gradual de las instituciones humanas». Una evolución gradual de las instituciones humanas.

¿Qué apariencia cobraría esta evolución? ¿Cuáles podrían ser estas medidas prácticas?

Para comenzar, considero que todos los países, tanto fuertes como débiles, deben cumplir con estándares que rigen el uso de fuerza. Yo, como cualquier jefe de Estado, me reservo el derecho de actuar unilateralmente si es necesario para defender a mi país. No obstante, estoy convencido de que cumplir con estándares, estándares internacionales, fortalece a quienes lo hacen y aísla -y debilita- a quienes no.

El mundo respaldó a Estados Unidos tras los ataques del 11 de septiembre y continúa apoyando nuestros esfuerzos en Afganistán, debido al horror de esos atentados sin sentido y el principio reconocido de defensa propia. De la misma manera, el mundo reconoció la necesidad de confrontar a Sadam Husein cuando invadió Kuwait, un consenso que envió un mensaje claro a todos sobre el precio de la agresión.

Es más, Estados Unidos — de hecho ningún país — puede insistir en que otros sigan las normas si nosotros nos rehusamos a seguirlas. Pues cuando no lo hacemos, nuestros actos pueden parecer arbitrarios y menoscabar la legitimidad de intervenciones futuras, por más justificadas que sean.

Esto pasa a ser particularmente importante cuando el propósito de la acción militar se extiende más allá de la defensa propia o la defensa de una nación contra un agresor. Más y más, todos enfrentamos difíciles interrogantes sobre cómo evitar la matanza de civiles por su propio gobierno o detener una guerra civil que puede sumir a toda una región en violencia y sufrimiento.

Creo que se puede justificar la fuerza por motivos humanitarios, como fue el caso en los países balcánicos o en otros lugares afectados por la guerra. La inacción carcome nuestra conciencia y puede resultar en una intervención posterior más costosa. Es por eso que todos los países responsables deben aceptar la noción de que las fuerzas armadas con un mandato claro pueden ejercer una función en el mantenimiento de la paz.

El compromiso de Estados Unidos con la seguridad mundial nunca flaqueará. Pero en un mundo en que las amenazas son más difusas y las misiones más complejas, Estados Unidos no puede actuar solo. Estados Unidos por su cuenta no puede lograr la paz. Ése es el caso en Afganistán. Es el caso en estados fallidos como Somalia, donde el terrorismo y la piratería van de la mano con la hambruna y el sufrimiento humano. Y lamentablemente, seguirá siendo la realidad en regiones inestables en el futuro.

Los líderes y soldados de los países de la OTAN -y otros amigos y aliados- demuestran este hecho por medio de la habilidad y valentía que han mostrado en Afganistán. Pero en muchos países, hay una brecha entre los esfuerzos de los militares y la opinión ambivalente del público en general. Comprendo por qué la guerra no es popular. Pero también sé lo siguiente: la convicción de que la paz es deseable rara vez es suficiente para lograrla. La paz requiere responsabilidad. La paz conlleva sacrificio. Es por eso que la OTAN continúa siendo indispensable. Es por eso que debemos reforzar esfuerzos de mantenimiento de la paz a nivel regional y por la ONU, y no dejar la tarea en manos de unos cuantos países. Es por eso que les rendimos homenaje a quienes regresan a casa de misiones de mantenimiento de la paz y entrenamiento en el extranjero, en Oslo y Roma; Ottawa y Sydney; Dhaka y Kigali; los homenajeamos no como artífices de guerra sino como promotores, como promotores de la paz.

Permítanme un punto final sobre el uso de la fuerza. Incluso mientras tomamos decisiones difíciles sobre ir a guerra, también debemos pensar claramente sobre cómo librarla. El Comité del Nóbel reconoció este hecho al otorgar su primer premio de paz a Henry Dunant, el fundador de la Cruz Roja, y un promotor del Tratado de Ginebra.

Cuando la fuerza es necesaria, tenemos un interés moral y estratégico en obligarnos a cumplir con ciertas normas de conducta. Incluso cuando enfrentamos crueles adversarios que no cumplen con ninguna regla, creo que Estados Unidos de Norteamérica debe seguir dando el ejemplo respecto a estándares en conducta de guerra. Eso es lo que nos diferencia de quienes combatimos. Ésa es la fuente de nuestra fuerza. Es por eso que prohibí la tortura. Es por eso que ordené que se clausure la prisión en la Bahía de Guantánamo. Y es por eso que he reiterado el compromiso de Estados Unidos de cumplir con el Tratado de Ginebra. Perdemos nuestra identidad cuando no cumplimos los ideales mismos que estamos luchando por defender.

Y honramos – honramos dichos ideales al cumplir con ellos no sólo cuando es fácil, sino cuando es difícil.

He hablado extensamente sobre asuntos que debemos sopesar con la razón y el corazón cuando optamos por librar guerra. Pero permítanme pasar ahora a nuestro esfuerzo por evitar opciones tan trágicas y hablar sobre tres maneras en que podemos promover una paz justa y duradera.

En primer lugar, al tratar con aquellos países que trasgreden normas y leyes, creo que debemos desarrollar alternativas a la violencia que son suficientemente firmes como para cambiar la conducta, pues si queremos una paz duradera, entonces las palabras de la comunidad internacional deben tener peso. Se debe hacer que aquellos regímenes que van en contra de las normas rindan cuentas por sus actos. Las sanciones deben conllevar un escarmiento real. La intransigencia debe combatirse con mayor presión, y esa presión existe sólo cuando el mundo actúa al unísono.

Un ejemplo urgente es el esfuerzo por evitar la proliferación de armas nucleares y lograr un mundo sin ellas. A mediados del siglo pasado, las naciones acordaron regirse por un tratado con un objetivo claro: todos tendrán acceso a la energía nuclear pacífica; quienes no tienen armas nucleares deben renunciar a ellas, y quienes tienen armas nucleares deben procurar el desarme. Me he comprometido a plasmar este tratado. Es el eje de mi política exterior. Y estoy trabajando con el Presidente Medvedev para reducir las reservas de armas nucleares de Estados Unidos y Rusia.

Pero también nos incumbe a todos insistir en que países como Irán y Corea del Norte no jueguen con el sistema. Quienes afirman respetar las leyes internacionales no deben hacer caso omiso de cuando se incumplen dichas leyes. Quienes se interesan por su propia seguridad no pueden cerrar los ojos ante el peligro de una carrera armamentista en el Oriente Medio o el Extremo Oriente. Quienes procuran la paz no pueden permanecer cruzados de brazos mientras los países se arman para una guerra nuclear.

El mismo principio se aplica a quienes incumplen con las leyes internacionales al tratar brutalmente a su propio pueblo. Cuando hay genocidio en Darfur; violaciones sistemáticas en el Congo, o represión en Birmania, deben haber consecuencias. Sí, habrá acercamiento; sí, habrá diplomacia – pero tienen que haber consecuencias cuando esas cosas fallen. Y mientras más unidos estemos, menores las probabilidades de que nos veamos forzados a escoger entre la intervención armada y la complicidad con la opresión.

Esto me lleva al segundo punto: el tipo de paz que buscamos. Pues la paz no es simplemente la ausencia de un conflicto visible. Solamente una paz justa y basada en los derechos inherentes y la dignidad de todas las personas realmente puede ser perdurable.

Fue este entendimiento lo que motivó a quienes redactaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos después de la Segunda Guerra Mundial. Tras la devastación, reconocieron que si no se protegen los derechos humanos, la paz es una promesa vana.

Sin embargo, con demasiada frecuencia, se ignoran estas palabras. En algunos países, la excusa para no defender los derechos humanos es la falsa sugerencia de que éstos son principios occidentales, extraños a culturas locales o etapas de desarrollo de una nación. Y dentro de Estados Unidos, desde hace tiempo existe tensión entre quienes se describen como realistas o idealistas, una tensión que polariza las opciones: una mera lucha en defensa de nuestros intereses o una campaña interminable por imponer nuestros valores alrededor del mundo.

Rechazo estas opciones. Creo que la paz es inestable cuando se les niega a los ciudadanos el derecho a hablar libremente o practicar su religión como deseen; escoger a sus propios líderes o congregarse sin temor. Los agravios que no se ventilan empeoran, y la supresión de identidad tribal y religiosa puede llevar a la violencia. También sabemos que lo opuesto es cierto. Sólo cuando Europa obtuvo la libertad pudo finalmente encontrar la paz. Estados Unidos nunca ha librado una guerra contra una democracia, y nuestros amigos más cercanos son los gobiernos que protegen los derechos de sus ciudadanos. Independientemente de la frialdad con que se definan, no se satisfacen los intereses de Estados Unidos ni del mundo con la negación de las aspiraciones humanas.

Entonces, incluso mientras respetamos las culturas y tradiciones particulares de diferentes países, Estados Unidos siempre será una voz para las aspiraciones universales. Daremos testimonio de la silenciosa dignidad de reformistas como Aung Sang Suu Kyi; de la valentía de los zimbabuenses que emitieron sus votos a pesar de golpizas; de los cientos de miles que han marchado silenciosamente por las calles de Irán. Dice mucho el que los líderes de estos gobiernos les teman a las aspiraciones de sus propios pobladores más que al poder de cualquier otra nación. Y es la responsabilidad de todas las personas libres y los países libres dejarles en claro a estos movimientos que la esperanza y la historia están de su lado.

Permítanme decir esto también: la promoción de los derechos humanos no puede limitarse a la exhortación. A veces, debe ir acompañada de laboriosa diplomacia. Sé que el trato con regímenes represivos carece de la grata pureza de la indignación. Pero también sé que las sanciones sin esfuerzos de alcance -y la condena sin discusión- pueden mantener un status quo agobiante. Ningún régimen represivo puede ir por un nuevo sendero a no ser que tenga la opción de una puerta abierta.

En vista de los horrores de la Revolución Cultural, la reunión de Nixon con Mao parecía inexcusable, pero no hay duda de que ayudó a llevar a China por un camino en el cual millones de sus ciudadanos han podido salir de la pobreza y conectarse con sociedades abiertas. Los lazos del Papa Juan Pablo con Polonia creó un espacio no sólo para la Iglesia Católica sino también para líderes sindicales como Lech Walesa. Los esfuerzos de Ronald Reagan por el control de armas y la aceptación de la perestroika no sólo mejoraron las relaciones con la Unión Soviética sino que les otorgó poder a disidentes en toda Europa Oriental. No existe una fórmula simple. Pero debemos tratar de hacer lo posible por mantener el equilibrio entre el ostracismo y la negociación; la presión y los incentivos, de manera que se promuevan los derechos humanos y la dignidad con el transcurso del tiempo.

En tercer lugar, una paz justa incluye no sólo derechos civiles y políticos, sino que debe abarcar la seguridad económica y las oportunidades, pues la paz verdadera no es solamente la falta de temor, sino también la falta de privaciones.

No hay duda de que el desarrollo rara vez echa raíces sin seguridad; también es cierto que la seguridad no existe cuando los seres humanos no tienen acceso a suficiente alimento, el agua potable o los medicamentos que necesitan para sobrevivir. No existe cuando los niños no pueden aspirar a una buena educación o un empleo decente que mantenga a una familia. La falta de esperanza puede corromper a una sociedad desde su interior.

Y es por eso que ayudar a los agricultores a alimentar a su propia gente, o a los países a educar a sus niños y a cuidar a los enfermos no es simplemente caridad. También es el motivo por el cual el mundo debe unirse para hacerle frente al cambio climático. Hay pocos científicos que no estén de acuerdo en que si no hacemos algo, enfrentaremos más sequías, hambruna y desplazamientos masivos que alimentarán más conflictos durante décadas. Por este motivo, no son sólo los científicos y activistas los que proponen medidas prontas y enérgicas; también lo hacen los líderes militares de mi país y otros que comprenden que nuestra seguridad común está en juego.

Acuerdos entre naciones. Instituciones sólidas. Apoyo a los derechos humanos. Inversiones en desarrollo. Todos éstos son ingredientes vitales para propiciar la evolución de la cual habló el Presidente Kennedy. Sin embargo, no creo que tendremos la voluntad, la determinación o la resistencia para concluir esta labor sin algo más: esto es, la expansión continua de nuestra imaginación moral; una insistencia en que hay algo intrínseco que todos compartimos.

Al reducirse el mundo, uno pensaría que iba a ser más fácil que los seres humanos reconozcamos lo similares que somos; que comprendamos que todos nosotros queremos básicamente lo mismo; que todos anhelamos la oportunidad de vivir con cierto grado de felicidad y satisfacción para nosotros y nuestra familia.

Sin embargo, dado el vertiginoso ritmo de la globalización y la homogenización cultural promovida por la modernidad, no debería sorprendernos que la gente tema perder lo que aprecia de su identidad particular: su raza, su tribu y quizá más que nada, su religión. En algunos lugares, este temor ha producido conflictos. A veces, incluso parecemos estar retrocediendo. Lo vemos en el Oriente Medio, donde el conflicto entre árabes y judíos parece estar agravándose. Lo vemos en los países donde las divisiones tribales causan estragos.

Y más peligroso aun, lo vemos en la manera en que se usa la religión para justificar el asesinato de inocentes por personas que han distorsionado y profanado la gran religión del Islam, y que atacaron a mi país desde Afganistán. Estos extremistas no son los primeros en matar en nombre de Dios; hay amplia constancia de las atrocidades de las Cruzadas. Pero nos recuerdan que ninguna Guerra Santa puede ser jamás una guerra justa, pues si uno realmente cree que cumple con la voluntad divina, entonces no hay necesidad de templanza, no hay necesidad de perdonarle la vida a una madre embarazada o a un asistente médico, o trabajador de la Cruz Roja, ni siquiera a una persona de la misma religión. Una perspectiva tan distorsionada de la religión no sólo es incompatible con el concepto de la paz, sino también creo que es incompatible con el propósito de la fe, pues la regla de vital importancia en todas las principales religiones es tratar a los demás como te gustaría que te traten a ti.

Cumplir con esta ley de amor siempre ha sido el foco en la lucha de la naturaleza humana. No somos infalibles. Cometemos errores y caemos presa de las tentaciones del orgullo y el poder, y a veces la maldad. Incluso aquellos de nosotros con las mejores intenciones a veces dejamos de rectificar los errores ante nosotros.

Pero no tenemos que pensar que la naturaleza humana es perfecta para continuar creyendo que se puede perfeccionar la condición humana. No tenemos que vivir en un mundo idealizado para seguir aspirando a los ideales que lo harían un lugar mejor. La no violencia que practicaban hombres como Gandhi y King quizá no sea práctica o posible en todas las circunstancias, pero el amor que predicaron, su fe en el progreso humano, siempre debe ser la estrella que nos guíe en nuestra travesía.

Pues si perdemos esa fe, si la descartamos como tonta o ingenua, si existe un divorcio entre ésta y las decisiones que tomamos sobre asuntos de guerra y paz. entonces perdemos lo mejor de nuestra humanidad. Perdemos nuestro sentido de lo que se puede lograr. Perdemos nuestro compás moral.

Al igual que las generaciones anteriores a la nuestra, debemos rechazar ese futuro. Como dijo el Dr. King en una ceremonia similar hace tantos años, «Me rehúso a aceptar la desesperanza como la respuesta final a la ambigüedad de la historia. Me rehúso a aceptar la idea de que la realidad actual de la naturaleza humana haga que el hombre sea moralmente incapaz de alcanzar las aspiraciones eternas que siempre enfrenta».

Aspiremos al mundo que debería existir: esa chispa de divinidad que aún llevamos como inspiración en el alma.

Hoy en algún lugar, en estos precisos momentos, en el mundo como lo es, un soldado ve que alguien lo sobrepasa en potencia de fuego pero permanece firme para mantener la paz. Hoy en algún lugar de este mundo, una joven manifestante aguarda la brutalidad de su gobierno, pero tiene la valentía de seguir marchando. Hoy en algún lugar, una madre enfrenta una pobreza devastadora pero de todos modos se da tiempo para enseñarle a su hijo, junta las pocas monedas que tiene para enviar a ese niño a la escuela porque cree que un mundo cruel todavía puede dar cabida a sus sueños.

Vivamos siguiendo su ejemplo. Podemos reconocer que la opresión siempre estará entre nosotros y aun así, esforzarnos por lograr la justicia. Podemos admitir la inflexibilidad de la depravación y aun así, esforzarnos por lograr la dignidad. De ojos abiertos, podemos comprender que habrá guerras y aun así, esforzarnos por lograr la paz. Podemos hacerlo, pues ésa es la historia del progreso humano; ésa es la esperanza de todo el mundo, y en este momento de desafíos, ésa debe ser nuestra labor aquí en la Tierra.

Muchas gracias.

(TEXTO FACILITADO POR LA OFICINA DE PRENSA DE LA CASA BLANCA)

* Guerra, paz y el Nobel de Obama

  • El Comité explica la concesión del galardón asegurando que se lo conceden por «lo que ha hecho» y no por «lo que pueda ocurrir» | La Casa Blanca responde extraoficialmente: «Uauuuu»

El presidente de EE.UU., Barack Obama, se dirige a una multitud de decenas de miles de personas fuera del  Castillo Medieval de Praga

El presidente de EE.UU., Barack Obama, se dirige a una multitud de decenas de miles de personas fuera del Castillo Medieval de Praga / AP
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Oslo. (Agencias).- Sorpresa en la concesión del Premio Nobel de la Paz 2009. El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha obtenido este galardón, según ha informado el Comité Nobel Noruego, «por sus extraordinarios esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos». Además, se ha valorado el llamamiento que ha hecho el mandatario estadounidense a reducir el stock mundial de armas nucleares y trabajar por la paz, particularmente en Oriente Medio, según el Instituto Nobel noruego. Obama, que hará esta tarde una declaración oficial, se enteró de la noticia poco antes de las 06.00 horas locales (A las 11, hora española), por los medios de comunicación. La primera reacción extraoficial desde la Casa Blanca fue a través de su portavoz quién saludó la noticia con la expresión: «Uauuuu».

Gobernantes de todo el mundo han reaccionado con satisfacción casi general ante la concesión de este premio, que es vista como un rayo de esperanza para la paz mundial. Con algunas excepciones. Por ejemplo, los talibanes, que hoy han condenado la concesión del premio a Obama recordando el despliegue de tropas en Afganistán.

Horas después el presidente del Comité Nobel Noruego, Thorbjorn Jagland, justificaba la concesión explicando que el premio se le concene a Obama por lo que ya «ha hecho» en los nueve meses que lleva en el cargo y no «por lo que pueda ocurrir». Jagland subrayó que el Comité había querido resaltar los esfuerzos diplomáticos realizados por el presidente estadounidense desde que llegó al poder y no pensando en el futuro. «No estamos concediendo el premio por lo que pueda ocurrir en el futuro sino por lo que ha hecho en el último año», explicó. «Esperamos que esto refuerce lo que está intentando hacer», añadió.

El Instituto Nobel quiso además reconocer especialmente su visión de un mundo sin armas nucleares. El presidente de Estados Unidos ha creado un «clima nuevo para la política internacional. Gracias a sus esfuerzos, la diplomacia multilateral ha recuperado su posición central y ha devuelto a las Naciones Unidas y otras instituciones internacionales su papel protagonista», señaló el Instituto en Oslo. «La visión de un mundo sin armas nucleares ha estimulado el desarme y las negociaciones para el control de armamento. Gracias a la iniciativa de Obama, Estados Unidos está desempeñando un papel más constructivo para hacer frente a los retos del cambio climático que afronta el mundo», agregó el Instituto.

Obama, que fue el primer afroamericano en llegar a la Casa Blanca, el pasado 20 de enero, es reconocido con este premio por trabajar para restablecer la paz en Oriente Medio desde que llegó a la presidencia.

La sorpresa que ha causado en Washington la noticia quedó claramente plasmada en la primera reacción extraoficial del portavoz de la Casa Blanca que, bombardeado con correos electrónicos de madrugada, se limitó a responder: «Uauuuu». Esa fue textualmente la primera respuesta del portavoz presidencial, según dijo a las seis de la mañana el corresponsal ante la Casa Blanca de la radio local WTOP. La Casa Blanca, que no pudo ocultar su sorpresa ante la noticia, prepara en estos momentos una reacción oficial a esta gran distinción.

Al presidente de EE.UU. le sigue en la lista del Nobel de la Paz al ex presidente finlandés Martti Ahtisaari, galardonado en 2008 por su labor como mediador internacional.

Barack Obama es el tercer presidente estadounidense que recibe el premio Nobel de la Paz mientras está en el ejercicio del cargo, después de Theodore Roosevelt (1901-1909), que recibió el galardón en 1906, y de Woodrow Wilson (1913-1921), premiado en 1919. En 2002 le fue otorgado al ya ex presidente Jimmy Carter, por su labor mediadora.

En 2007, su compatriota, ex candidato a la Casa Blanca y ex vicepresidente Al Gore, asimismo demócrata, lo recibió por su labor en la lucha contra el cambio climático.

El Nobel de la Paz de este año alcanzó un récord de candidaturas, 205, de los cuales 33 correspondían a organizaciones. El galardón, el más esperado a escala internacional de la ronda Nobel, siguió al de Literatura, anunciado ayer, que recayó en la escritora rumano-alemana Herta Müller, considerada la voz de los desposeídos y representante de la minoría germana en Rumanía.

La ronda de anuncios de los Nobel empezó el lunes, con el Nobel de Medicina para los estadounidenses Elizabeth H. Blackburn, Carol Greider y Jack W. Szostak. A éste siguió, el martes, el Nobel de Física para el británico-estadounidense Charles Kuen Kao y los estadounidenses Willard Sterling Boyle y Georges Elwood Smith.

El miércoles se concedió el Nobel de Química a los norteamericanos Venkatraman Ramakrishnan y Thomas A. Steitz y la israelí Ada E. Yonath. La ronda se cerrará el lunes con el Nobel de Economía.

El Nobel de la Paz está dotado con diez millones de coronas suecas (980.000 euros o 1,4 millones de dólares) y, como el resto, se entrega el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de su fundador, Alfred Nobel.

*El Vaticano debatirá sobre la vida extraterrestre

martes 1 de diciembre de 2009

*El Papa Juan XXIII fué Contactado por Extraterrestres

Yohanan Díaz Vargas, periodista e investigador de los Grandes Misterios del Tercer Milenio publica en su Blog éste bombazo. Juan XXIII conocido como el Papa Bueno habría tenido un Contacto con Seres Extraterrestres, así lo afirma el Obispo para Centroamérica de la Iglesia Católica Ecuménica de Jesucristo, Higinio Alas Gómez. Sin más comentarios escuchemos la entrevista y la comentamos en la Radio NPE On Line.

Escucha el Audio: clic aquí

Publicado por Marquillo en;

Contacto Extraterrestre Historias Reales

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23-11-2009

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Comparto este mensaje que he recibido y que quizás todavía no leyeron.
¿La foto será real?

  • El poder y los ET’S: Por primera vez el Vaticano debatirá sobre la vida extraterrestre

Cada vez son más fuertes en Internet los rumores acerca de la posibilidad de que más de 30 países desclasifiquen sus archivos sobre el fenómeno OVNI. El Vaticano comenzará esta semana un histórico debate acerca de la vida extraterrestre. Distintas fuentes aseguran que el gobierno de Barack Obama prepara un comunicado acerca de la existencia de vida extraterrestre.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) – Durante toda esta semana, la Academia Pontificia de las Ciencias del Vaticano celebrará su primera conferencia sobre astrobiología, convocada en la Casina Pio IV, una antigua residencia papal. En ella participarán tanto prominentes científicos como líderes religiosos venidos de todo el mundo. Y lo harán para poner de acuerdo ciencia y religión ante la posibilidad, inminente para muchos, de encontrar formas de vida fuera de nuestro propio planeta. Sorprendentemente, la Iglesia empieza a aceptar que la vida pueda existir en muchas formas más allá de los límites de la Tierra.

A lo largo de cinco días, y bajo la dirección del líder religioso de la Academia, monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, los científicos, entre cuyas filas se cuenta más de un ateo, ofrecerán un amplio abanico de presentaciones y teorías sobre el origen de la vida. Se explicará cómo los extremófilos, organismos terrestres que viven en los medios más hostiles, desde la roca viva a los hielos perennes o el interior de los volcanes, podrían ser la clave para encontrar formas de vida en otros mundos.
Y se explicará también con qué métodos se están buscando esas formas de vida en otros planetas de nuestro sistema, y cómo se pretende detectar su presencia en lejanos mundos alrededor de otras estrellas.
La iniciativa fue anunciada este verano por José Gabriel Funes, director del Observatorio Vaticano, quien además aseguró que no existe un conflicto entre creer en Dios y al mismo tiempo en la existencia de hipotéticas civilizaciones extraterrestres, incluso más avanzadas que la humana. «En mi opinión esa posibilidad existe», dijo el reverendo Funes, que además es consejero científico de Benedicto XVI.
«Cómo podemos excluir la posibilidad de que la vida se haya desarrollado en todas partes -asegura Funes en una ya famosa entrevista en L´Osservatore Romano-. El gran número de galaxias con sus propios planetas hace eso posible». A la pregunta de si creía que esas criaturas extraterrestres serían parecidas a los seres humanos o si, por el contrario, serían mucho más evolucionadas, el astrónomo aseguró que «ciertamente, en un universo tan grande no se puede excluir esa hipótesis».
La entrevista, titulada «El extraterrestre es mi hermano», fue toda una revelación de cómo la Iglesia católica está limando sus diferencias con la ciencia. Al final de esta semana sabremos si el Vaticano se abre totalmente, o no, a la inquietante posibilidad de encontrar vida lejos de la Tierra.
Obama y los ET’s
Muchas publicaciones y blogs de Internet se han hecho eco desde que Obama asumió la presidencia en USA de unas imágenes en las que se puede apreciar diversos objetos extraños que aparecen en varios actos del mandatario, entre ellos la ceremonia de  toma de posesión del mando el 20 de enero pasado.
En este último caso, del que más se ha hablado, unas imágenes de la retransmisión del acto de investidura realizada por la CNN muestran como un objeto pasa rápidamente en medio del plano. En YouTube aparece el vídeo a distintas velocidades. A cámara lenta, parece un ave lo que vuela sobre Washington pero la duda queda en el aire.
Como suele ocurrir en este tipo de casos, muchos se aventuran a pronunciar la palabra ‘OVNI’ para dar sentido a esos elementos excluyendo otras explicacioness. ¿Defectos, o efectos visuales, de las cámaras que tomaron esas imágenes? ¿Pájaros que, en esos momentos, sobrevolaban la zona? ¿O, simplemente, un fotomontaje?
Obama y los extraterrestres (MSNBC).Una imagen más antigua, y más conocida, que la mencionada de la CNN muestra a Obama en un discurso pronunciado poco antes de la elecciones con dos objetos voladores en la parte superior derecha del plano. En concreto, la grabación se realizó el 1 de noviembre del año pasado en Henderson, en el estado de Nevada, y pertenece a la cadena MSNBC. Quedan las mismas dudas que en el caso anterior aunque incluso aquí los objetos son más desconcertantes.
Estas curiosas escenas de Obama con ovnis aparecen cuando en USA existe una campaña, organizada por el Comité Político de Acción del Fenómeno Extraterrestre (X-PPAC), para que el presidente desclasifique los documentos que pueda tener el Ejército sobre fenómenos extraterrestres, algo a lo que George W. Bush no ha accedido durante su mandato. Obama tiene ahí la llave para descubrir esos secretos a todo el mundo.
La reforma sanitaria ET
El debate puede ser meramente anecdóctico o una estrategia política muy medida para que los ciudadanos norteamericanos, divididos en las encuestas, apoyen sin reparos la reforma sanitaria de Barack Obama y que garantizaría la asistencia universal.
Baladí o no, ‘durante la emisión de V’, el segundo estreno más visto de la temporada televisiva en USA con más de 13 millones de espectadores, los extraterrestres que invaden la tierra aseguran que pretenden instaurar un sistema de sanidad universal.
Esta afirmación nos suscita dos tipos de planteamientos adversos: ¿está la ABC apoyando la propuesta de Obama? o por el contrario: ¿consideran que es una propuesta tan utópica que tan solo puede ser formulada por extraterrestres? Bien es cierto que existe una tercera posibilidad, mucho más simple: ¿es una frase del guión sin mayor importancia? Claro que, tal y como se cuidan los guiones al otro lado del charco y el ‘mimo’ que ha puesto la cadena en el retorno de la mítica serie, esta opción parece descartada.
Por otra parte, la íntima relación entre poder y medios de comunicación está a la hora del día. No sabemos si la ABC le ha hecho un guiño o no pero en caso afirmativo sería una forma de compensar la ‘guerra declarada’ hace unas semanas por la Casa Blanca a la cadena conservadora ‘Fox News’.
Desde hace poco tiempo, los funcionarios de la Casa Blanca no han dejado de lanzar invectivas contra esta cadena, que fue favorita durante la Administración republicana y que cuenta con algunos de los comentaristas de derecha más críticos del Gobierno actual.
De una forma u otra, el proyecto de ley ha dado un paso de gigante en las últimas horas. Con una gran sonrisa, la presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi aseguró, la madrugada del domingo: «El proyecto está aprobado».
¿Anuncio oficial?
Según una versión circulante en Internet, publicada por el sitio venezolano Reporte360, sería inminente un anuncio oficial al respecto de la vida extraterrestre. Un anuncio oficial de la administración del presidente Barack Obama revelando la realidad de la vida extraterrestre es inminente, tal afirmación es del escritor Michael Salla, columnista del portal Examiner quien esboza en un artículo las razones del por qué pronto se sabrá sobre la existencia de vida fuera de nuestro planeta.
Según Salla, durante varios meses altos funcionarios del gobierno estadounidense han estado silenciosamente deliberando a puerta cerrada el revelar al mundo sobre la vida extraterrestre. “La insatisfacción entre las instituciones poderosas, como la Marina de los USA sobre la política de décadas de secretismo ha dado un impulso a los esfuerzos para divulgar la realidad de la vida extraterrestre y la tecnología”, señala.
El anuncio de la inminente revelación sigue a la ejecución secreta de discusiones durante un largo año sobre los ovnis y la vida extraterrestre.
“Las Naciones Unidas realizaron a puerta cerrada las discusiones, donde aproximadamente 30 naciones acordaron en secreto una política de apertura sobre los ovnis y la vida extraterrestre en 2009. Nunca se hizo un anuncio público debido a las amenazas contra diplomáticos de la ONU de no revelar los detalles del acuerdo secreto”, afirma la nota de Examiner.com.
“El acuerdo de las Naciones Unidas en secreto se basa en dos condiciones. En primer lugar, los ovnis que siguen apareciendo en todo el mundo, y en segundo lugar la política de apertura no daría lugar a disturbios sociales en las democracias liberales. Ambas condiciones han sido satisfechas por lo que es posible que la siguiente etapa sea comenzar la divulgación oficial de la vida extraterrestre”, dice el texto.
“La presidencia de Obama en el Consejo de Seguridad de la ONU señaló el papel de liderazgo emergente en la lucha contra los principales problemas mundiales, tales como las armas nucleares. El Premio Nobel de la Paz también fue un paso importante para dar legitimidad mundial al presidente Obama en el inminente anuncio de información extraterrestre, el momento más probable tal vez sea poco después de su discurso de aceptación del Nobel de la Paz Premio el 10 de diciembre de 2009 en Oslo, Noruega” vaticina.
El escritor asegura que varias fuentes de confianza han revelado las informaciones que manejan, “estos incluyen, el Dr. Pete Peterson, un denunciante que ha surgido recientemente revelando las discusiones de alto nivel que han tenido lugar en relación al anuncio sobre la existencia de vida extraterrestre”.
Otra fuente es David Wilcock, un investigador de los nuevos paradigmas científicos. Wilcock ha sido informado por otras fuentes independientes de que la revelación extraterrestre tendrá lugar a finales de 2009. Alegó en una entrevista que «dos horas de la TV internacional especial ya han sido reservadas para introducir una especie exótica, similar a los humanos, para el mundo», escribe Salla.
“Además, la NASA y el investigador popular del espacio, Richard Hoagland, han salido públicamente hacia adelante para descubrir que el nueve de octubre una misión de bombardeo de la luna, descubrió una base antigua en el polo sur de la misma”, según Salla.
Hoagland concluyó que el proyecto LCROSS de la NASA “es parte de una campaña cuidadosamente construida para preparar a la población para la divulgación inminente. El Presidente de USA pronto dará a conocer que los científicos han descubierto ruinas en la Luna”, afirmó el Ph D.
Por último, dice en el escrito que “dos fuentes independientes y confidenciales han revelado que los encuentros cara a cara se han producido recientemente entre los funcionarios militares de USA con uno o más grupos de visitantes extraterrestres». «Esto ha llevado supuestamente a la confianza que se está construyendo para la futura cooperación con los extraterrestres que se anunciara formalmente a la opinión pública mundial ya sea a finales de 2009 o principios de 2010”, concluyó el texto.
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Video recién emitido en el programa Los Grandes Misterios del Tercer Milenio por Televisa Galavisión que trata el tema de la reciente conferencia de Exo-Biología relializado en Casina Pío IV Vaticano. ¿Cuál es la importancioa y la trascendencia de éste coloquio conferencia? El periodista e investigador Jaime Maussan lo explica.

Observa el Video: Clic aquí

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Vaticano quiere evangelizar UFOs AE/Noticias Cristianas
23 nov 2009

El interés de Vaticano por la Ufologia y la vida extraterrestre comenzó a llamar la atención a partir del día 18 enero de 1997, cuando la revista oficial de la Conferencia de los Obispos de la Italia publicó una entrevista con el padre Piero Coda, uno de los más importantes teólogos de Vaticano. En la entrevista, padre Coda afirmó que «creados por Dios y teniendo sus fallos, ellos (los extraterrestres) necesitan de redención a través de las palabras salvadoras de Jesus Cristo». Respondiendo las preguntas del reportero de la revista, padre Coda afirmó que se existan seas inteligentes y libres en otros lugares del universo, la solidaridad religiosa exigirá que a ellos también sea ofrecido el camino de la salvación.

Y que: «Puede hasta haber algún enriquecimiento, exactamente como aconteció en el pasado, cuando la cultura europea entró en contacto con mundos que habían sido absolutamente desconocidos hasta entonces». Meses antes de la entrevista del padre Coda, otros teólogos de Vaticano habían declarado al respetado periódico Corriere Della Serra que los extraterrestres también deben ser considerados «hijos de Dios». En octubre del año pasado, al divulgar de más reciente edición del Diccionario de Vaticano, la Santa Sé admitió haber incluido la expresión «objeto volador no identificado» que, en el diccionario, es llamada, en latim, de res inexplicata volans [cosa voladora inexplicada].

Aún en octubre del año pasado, en su edición del día 14, el influyente periódico inglés The Sunday Times informó que Vaticano comenzará a construir uno de los mayores observatorios astronômicos del planeta, en el desierto del Arizona, Estados Unidos. Va a ser uno de los más bien equipados observatorios conocidos y contribuirá en la búsqueda de otros planetas con condiciones de sostener la vida. Tendrá dos possantes telescopios, capaces de identificar gases y poeira cósmica en torno a estrellas y sistemas planetários con condiciones propicias para la aparición y evolución de la vida, al menos, dentro de los parâmetros conocidos.

Digitales – «Buscad las digitales de Dios», dije Papa João Paulo II, a los 20 padres-astrónomos que estarán trabajando en el proyecto y a todo el equipo que lo está desarrollando. Aparentemente complementando las declaraciones del Papa, el director del observatorio, frei George Coyne, comentó el día siguiente que «creemos que la Iglesia tiene que juntarse a ese esfuerzo científico, la gracia traída por la encarnación de Cristo se extiende a todos los campos de la actividad humana». «Pero el proyecto del nuevo observatorio trae consigo algunos riesgos teológicos» y uno de los mayores de ellos sería el descubrimiento de formas de vida extraterrestres, principalmente se dotadas de inteligencia.

La Iglesia enfrentaría la delicada cuestión de definir si la crucificación de Jesus, a que la creencia católica atribuye un sentido de redención de los pecados de toda la humanidad, redimiu también seres de otros planetas. Una manera de contornar el problema sería convertir los extraterrestres – una idea que ya es considerada por los astrónomos del papa, como fue hecho con otras civilizaciones al largo de toda la historia humana.

Fuente: Notícias Cristãs, link: http://news.noticiascristas.com/2009/11/vaticano-quer-evangelizar-ufos.html

Gran abrazo;

Paulo R. Poian.
CBPDV * http://www.cbpdv.com.br/ *
Equipe UFO * http://www.ufo.com.br/expedienteUfo.php *
Revista UFO Online * http://br.groups.yahoo.com/group/Revista_UFO/ *
Revista UFO Brasil * http://www.ufo.com.br *

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Nuestro Pasado Extraterrestre se enlazó hasta Canadá el pasado 20 de Noviembre (2009) para conversar con el Arzobispo Primado de la Iglesia Anglicana Latinoamericana Monseñor Leonardo Marín Saavedra para que comparta con el blog y el auditorio su perspectiva del origen, la creación y el objetivo de la raza humana en la Tierra. Declaraciones como: «Jesús No era de éste planeta…», «Los seres humanos tenemos un origen extraterrestre…» y «el genesis bíblico No hablaba del planeta Tierra» son sólo algunas declaraciones que Monseñor Leonardo Marín Saavedra compartió con el editor de éste bog. Hoy la postura de la Iglesia y la apertura de criterios y perspectivas empiezan ya a ser públicos, recordemos la pasada conferencia de exobiología realizada en Casina Pio IV, una antigua residencia papal llevada acabo la semana del 9 al 13 de Noviembre (2009)(clic para ver). La iniciativa que fuese anunciada por José Gabriel Funes, director del Observatorio Vaticano, quien además aseguró que No existiría un conflicto entre creer en Dios y al mismo tiempo en la existencia de hipotéticas civilizaciones extraterrestres, incluso más avanzadas que la humana y que además es consejero científico de Benedicto XVI, congregó a más de 40 científicos del mundo para analizar conjuntamente el tema y para a poner de acuerdo ciencia y religión ante la posibilidad, inminente para muchos, de encontrar formas de vida fuera de nuestro propio planeta. Ante ésto las preguntas: ¿Porqué justo ahora la Iglesia expande criterios y promueve éstos eventos?, ¿Cuál será la posición oficial de las altas jerarquías eclesiásticas?, ¿En donde queda el pentateuco, la creación, Adán, Eva, de confirmarse vida fuera de la Tierra?, ¿Acaso un manual de instrucciones titulado Biblia sólo para humanos de la Tierra?. Las declaraciones de Monseñor Leonardo Marín Saavedra.

Escucha la Entrevista Nov. 20, 2009: Clic aqui.

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